El término «metaverso» tiene su origen en la novela Snow Crash publicada en 1992 por Neal Stephenson, que recrea un universo consensuado basado en nuestro propio universo. Mark Zuckerberg, el fundador y CEO de Facebook, viene trabajando en esa idea desde hace mucho tiempo; de hecho, en 2014 ya había comprado una empresa de realidad virtual. Todo apuntaba a que el metaverso sería el eje central de la siguiente revolución tecnológica, tal y como lo fue Internet en su tiempo, pero los datos señalan que, desde que fue anunciado al público, no está teniendo la acogida esperada.

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El Metaverso es un universo virtual que fusiona el mundo real con el digital. Dicho así, es normal que exista cierta desconfianza hacia esta nueva forma de tecnología. Según una encuesta realizada, casi un 60% de los españoles carece de información suficiente para explicar qué es este mundo digital ni para que sirve y, aunque es cierto que todavía se están dando los primeros pasos en este ámbito y no hay más que avatares de baja calidad y pocas cosas que hacer, el 52% dijo que dudaba que fuera a utilizar este mundo digital de forma diaria en un futuro cercano.

La teoría es que las posibilidades del Metaverso son casi infinitas, una idea quizás demasiado abstracta para la sociedad, al menos por ahora. El objetivo es desarrollarlo hasta un punto en el que se pueda experimentar cualquier cosa, desde tomar un café, tener una entrevista de trabajo o volar en dragón desde tu casa; todo ello de una manera realista.

Por Cruz Santillana

Asturiana, apasionada de la tecnología, el emprendimiento y el marketing online. Community manager y redactora en Asturtic.