La gestión de Twitter por parte de su CEO Elon Musk, que adquirió la red social en octubre por 44.000 millones de dólares, está cada vez más en entredicho.
El pasado jueves 15 de Diciembre, las cuentas de varios periodistas de tendencia liberal que habían escrito recientemente sobre el magnate fueron eliminadas sin previo aviso ni explicaciones. Este fuerte gesto preocupó tremendamente a las organizaciones que velan por la libertad de expresión y a la UE, que advirtió el viernes en un tuit a Elon Musk de posibles sanciones contra Twitter.

Pero la polémica con el CEO no acaba aquí: el pasado domingo, la plataforma anunció que prohibiría cuentas que promocionen redes sociales de la competencia. La medida provocó otra reacción tan viral que, horas después, los tuits que anunciaban esa política fueron borrados. Después de esto, Elon Musk publicaba en la plataforma una encuesta a sus seguidores y a los usuarios sobre si debería renunciar como CEO de Twitter o no: “¿Debo dimitir como jefe de Twitter?”, y añadió: “Acataré el resultado de esta encuesta”.
Hoy se ha conocido el resultado: más del 57% de los votantes prefiere que abandone su cargo. Las cifras de participación son sorprendentes, ya que han votado más de 17 millones de cuentas, que son casi el 7% de los usuarios diarios globales de Twitter.