Acougo Pitasana es una granja ecológica y coliving ubicada en el entorno rural asturiano de Boal. Al frente del proyecto está Noelia, una mujer emprendedora que decidió volver al pueblo para impulsar una forma de vida más consciente, colectiva y conectada con la naturaleza.
En esta entrevista nos adentramos en la historia de Acougo, en su impacto comunitario y turístico, y en la experiencia personal de Noelia como mujer emprendedora en el medio rural.
¿Cómo nació Acougo Pitasana?
Acougo Pitasana nació de un deseo profundo de volver a las raíces, de habitar el pueblo de otra manera. Después de años en otros lugares, sentí la necesidad de crear un espacio donde la vida sencilla, la comunidad, la naturaleza y la creatividad pudieran encontrarse. La granja ecológica y el coliving surgió primero la granja y después como respuesta a una búsqueda compartida: la de muchas personas que anhelamos una vida más coherente, más conectada con el entorno y con nosotras mismas, vivir y compartir en comunidad y sobre todo vivir en calma.
¿Qué es lo que buscan quienes llegan a vivir o trabajar en Acougo Pitasana? ¿Cuál es el perfil más común?
Quienes llegan a Acougo suelen estar en un momento de cambio o búsqueda. Algunas personas vienen para desconectar del ritmo urbano, otras para reconectar con su creatividad, muchas para experimentar otra forma de vida: más lenta, más consciente. Somos un puente para las familias y personas que buscan una vida en el pueblo, pues llegan aquí con una casa, comunidad, y mucho apoyo. Trabajamos en colaboración con la plataforma volver al pueblo que financia Coceder, y gestiona Fundación Edes, desde donde acompañan a las personas que se quieren establecer en el pueblo, gestionando recursos disponibles.
El perfil más común es el de gente sensible, creativa, con inquietudes sociales o medioambientales, que valora el vínculo comunitario. También hemos acogido a artistas, familias, personas que teletrabajan, de diferentes edades, que quieren experimentar el rural sin renunciar a su profesión.
¿Qué aprendizajes clave has tenido como mujer emprendedora en este contexto?
He aprendido que el emprendimiento rural, y más aún desde una mirada feminista y comunitaria, requiere mucha constancia, confianza en una misma y en la visión. A veces te sientes sola o nadas contra corriente, pero también he descubierto una red enorme de mujeres valientes que están tejiendo otros futuros desde los márgenes. Emprender en lo rural como mujer es político: es ocupar espacios, abrir caminos, cuestionar roles, y sostener.
¿Cuál ha sido el momento más emocionante o gratificante desde que iniciaron este camino?
Hay muchos momentos hermosos, pero quizás uno de los más emocionantes fue ver cómo la comunidad se volcó con la primera edición de la PitaFesta. Ver vecinas y artistas compartiendo un mismo espacio, niños corriendo por la granja, gente emocionada por lo vivido… ahí sentí que el esfuerzo tenía sentido. También cada vez que alguien me dice: «gracias, necesitaba este lugar».Cada vez que una nueva familia se establece en nuestro pueblo es un momento de mucha emoción.
¿Cómo crees que puede Acougo repercutir favorablemente al turismo rural en Asturias?
Creemos que puede aportar una mirada más sostenible, sensible y creativa del turismo rural. Queremos atraer a personas que no buscan «consumir» el entorno, sino vivirlo, entenderlo, cuidarlo. Acougo puede ser una puerta de entrada a otro tipo de experiencia en Asturias: más humana, más cercana, que ponga en valor lo cotidiano, lo local, lo auténtico. Además, al generar propuestas culturales y artísticas, contribuimos a desestacionalizar el turismo y a dinamizar la economía local con respeto.
