El compromiso de seguridad hoy día no solo se limita a proporcionar soluciones técnicas a las pymes; el objetivo es asesorarlas para que sigan creciendo y evolucionando con confianza. La ciberseguridad no es solo una medida de precaución, sino un buen colchón sobre la que se afianza una transformación digital fiable.
En el mundo digital, donde la interconexión es constante y la información fluye a velocidades vertiginosas, la ciberseguridad se convierte en una herramienta esencial de la estrategia empresarial. Los datos han pasado a ser considerados como uno de los activos más valiosos de una empresa. Ya no se trata solo de proteger redes y sistemas informáticos, sino de salvaguardar la integridad de los datos confidenciales y críticos para los negocios.
Por tanto, se ha convertido en una necesidad esencial; que tanto las pequeñas y medianas empresas (pymes), con sus capacidades a menudo más limitadas en comparación con las grandes corporaciones, se enfrenten a una creciente necesidad de protección ante las amenazas cibernéticas en constante evolución.
En esta nueva realidad, es importante contar con una buena propuesta digital como una defensa sólida y adaptable contra los ciberataques en constante evolución.
Además, con la sombra de la inteligencia artificial (IA) encima, siendo solo una herramienta creada por seres humanos, como cualquier otra tecnología, su uso indebido o malintencionado puede tener consecuencias negativas. Para el pequeño sector empresarial podría ayudar entre otras cosas a automatizar procesos.
Muchas tareas que antes se realizaban de forma manual y rutinaria, ahora podrán programarse y llevarse a cabo en menor tiempo y con menos recursos. Pero, todavía existe cierto recelo e incluso miedo por el hecho de cómo pueda afectar a los seres humanos. ¿Será la IA un sustituto del trabajo humano o más bien un complemento? El debate está servido.