Industria 4.0

Asturias, tradicionalmente vinculada a sectores industriales pesados, está viviendo una profunda transformación tecnológica. Bajo el paraguas de la Industria 4.0, muchas empresas de la región han comenzado a implementar tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), la robótica colaborativa, la inteligencia artificial o la automatización avanzada para mejorar sus procesos, reducir costes y aumentar su competitividad.

Lejos de tratarse de un fenómeno aislado, se está creando un ecosistema industrial innovador que coloca a Asturias como referente en la modernización de la producción en el norte de España.

Una de las empresas pioneras ha sido Asturiana de Zinc (AZSA), que ha integrado sensores IoT para optimizar su consumo energético y controlar en tiempo real sus procesos químicos. Esta iniciativa ha reducido en un 15% sus costes de producción y ha permitido detectar anomalías antes de que afecten a la producción.

Gonvarri, en Avilés, ha automatizado parte de sus líneas de ensamblaje con robots colaborativos (cobots), mejorando la seguridad laboral y aumentando la eficiencia. Además, ha implementado sistemas de mantenimiento predictivo que anticipan fallos antes de que ocurran.

Por su parte, CAPSA Food ha introducido algoritmos de inteligencia artificial en su planta de Granda para ajustar dinámicamente su logística y procesos de distribución, reduciendo el desperdicio alimentario y optimizando la cadena de suministro.

La transformación digital en estas industrias no solo tiene efectos sobre la eficiencia operativa. También contribuye a la sostenibilidad: menos consumo energético, menor huella de carbono y una producción más adaptada a la demanda. Esto ha posicionado a varias empresas asturianas como líderes en prácticas de producción responsable.

Asimismo, la aplicación de tecnologías 4.0 permite una mayor personalización en sectores como la metalurgia, la alimentación o la maquinaria industrial, lo que abre nuevas oportunidades de exportación y posicionamiento en mercados globales.

La adopción de estas tecnologías se ha visto impulsada por programas de apoyo público, como el Plan Asturiano de Industria 4.0 y las líneas de ayudas del Instituto de Desarrollo Económico del Principado (IDEPA). Estos fondos han facilitado la adquisición de tecnología, la formación de los equipos humanos y la integración de nuevas metodologías de producción.

Además, centros tecnológicos como el CTIC o el I4.0 Lab en Gijón han jugado un papel fundamental como impulsores de la transferencia tecnológica, asesorando a pymes en su proceso de modernización.

Lejos de destruir empleo, esta transformación está generando demanda de nuevos perfiles: técnicos en automatización, analistas de datos, ingenieros de software industrial, operadores de robots, entre otros. Las empresas asturianas están colaborando con universidades y centros de formación para adaptar la oferta formativa a estas nuevas necesidades.

La Industria 4.0 no solo está cambiando la forma de producir, sino también la forma de trabajar en Asturias.

Por Cruz Santillana

Asturiana, apasionada de la tecnología, el emprendimiento y el marketing online. Community manager y redactora en Asturtic.