El experto en innovación Genís Roca ha compartido sus perspectivas sobre la tercera transformación digital durante su participación en el VII Foro COFAS en Asturias. Con una trayectoria destacada en procesos de transformación empresarial y social, Roca considera que el término “Inteligencia Artificial” es limitante y prefiere referirse a una “nueva generación de software”.
Roca destaca que, aunque hemos escuchado que la transformación digital ocurre rápidamente, las dos anteriores han requerido alrededor de 25 años cada una. La primera, que comenzó en los años 90, se centró en la digitalización de los procesos de gestión, mientras que la segunda, a partir de 2005, revolucionó la interacción con los clientes a través de internet y las redes sociales.
Los desafíos de la tercera transformación digital y el papel de la colaboración en su éxito
El futuro, según Roca, está orientado hacia la creación de servicios personalizados, proactivos y basados en datos en tiempo real. “En los próximos veinte años, todos estaremos ocupados en definir cómo ofrecer estos servicios”, afirma. En este contexto, utiliza el sector sanitario como ejemplo, donde espera que los dispositivos digitales no solo monitoricen la salud, sino que actúen proactivamente en la atención al paciente, brindando un nivel de cuidado que antes no era posible. Esta transición no solo requerirá avances tecnológicos significativos, sino también un cambio radical en la mentalidad de las empresas y organizaciones. Deberán aprender a priorizar el bienestar del usuario, adaptando sus modelos de negocio y operaciones para integrar de manera efectiva estas nuevas tecnologías, lo que implicará una formación constante y un compromiso real con la innovación centrada en el ser humano.
Colaboración y datos: pilares de la tercera transformación digital
Para implementar esta nueva generación de software, es esencial trabajar con algoritmos bien entrenados que se nutran de datos variados y de alta calidad. Roca enfatiza que la colaboración es fundamental en este proceso: “La unión hace la fuerza en tecnología”. Sin embargo, reconoce que existe una reticencia a compartir datos entre diferentes actores, lo cual puede dificultar el avance hacia esta nueva era digital. Esta falta de colaboración puede limitar el desarrollo de soluciones integradas y efectivas. “Lo que realmente marcará la diferencia no será la cantidad de tecnología disponible, sino la capacidad de colaboración que tengamos”, añade Roca. Esto significa que, para lograr una transformación digital efectiva, será crucial fomentar una cultura de confianza y cooperación, donde las empresas y organizaciones compartan información y recursos para maximizar el impacto de sus innovaciones.
Regulación y confianza en los datos
El experto también aborda la regulación de los datos, subrayando la importancia de contar con un marco normativo sólido que proteja tanto a las empresas como a los ciudadanos. Roca respalda el papel de la Unión Europea en establecer normas claras que regulen el uso de datos.
“Los datos son el petróleo del siglo XXI, y su uso responsable es vital”, advierte, destacando que la confianza es el verdadero motor de la economía digital. Para que los ciudadanos se sientan cómodos compartiendo su información, necesitan la certeza de que sus datos estarán seguros y se utilizarán de manera ética.
Este es un desafío significativo para las instituciones y empresas del sector. Deben demostrar un compromiso genuino con la protección de datos y la privacidad del usuario. La construcción de esta confianza es esencial no solo para la aceptación de nuevas tecnologías, sino también para fomentar un entorno en el que la innovación y la responsabilidad vayan de la mano.
Una visión optimista a largo plazo
A pesar de los retos que se avecinan, Roca se muestra optimista sobre el futuro a largo plazo, visualizando una sociedad más eficiente y sostenible. “Soy optimista a cincuenta o sesenta años vista, aunque anticipamos dos décadas difíciles en términos de empleo y adaptación”, concluye. Sugiere que establecer buenas reglas de juego es crucial para una transición exitosa hacia una sociedad digital, donde la innovación y la colaboración puedan conducir a un entorno más justo y equitativo. Este futuro ideal implica no solo la implementación de tecnologías avanzadas, sino también un enfoque consciente en la creación de oportunidades para todos los sectores de la población, garantizando que nadie se quede atrás en esta transformación. Así, el reto será construir un marco que promueva la inclusión y la equidad en el acceso a las herramientas digitales y a los beneficios que estas pueden ofrecer.