Una start-up asturiana digitaliza y centraliza la recogida de sueros y purines en comunidades rurales, impulsando la sostenibilidad en el sector ganadero
Un sistema innovador para aprovechar residuos agroalimentarios
El aprovechamiento de residuos ganaderos ha dado un salto significativo gracias a Agrolinera, una start-up asturiana que ha desarrollado un sistema digitalizado para la recogida y valorización de sueros y purines. La empresa, fundada en 2022 por Verónica Menéndez y Juan Gutiérrez, ha conseguido transformar un problema logístico en una oportunidad sostenible y rentable. Su primer proyecto, ya en funcionamiento en Cabrales, busca revolucionar la gestión de residuos en el sector quesero.
Cada año, miles de litros de suero lácteo y otros residuos agroalimentarios quedan sin un destino eficiente, generando un impacto ambiental significativo. Con su tecnología, Agrolinera no solo resuelve este problema, sino que además contribuye a la producción de biogás, una alternativa energética renovable con alto potencial en la transición ecológica.
El avance clave: Un sistema de recogida eficiente y digitalizado
La clave del éxito de Agrolinera radica en su modelo de recogida inteligente. La empresa ha instalado un contenedor marítimo adaptado con tecnología de almacenamiento y monitorización en Tielve, una pequeña localidad del concejo de Cabrales. Allí, una decena de queserías de la Denominación de Origen Cabrales pueden depositar su suero en un depósito de 14.000 litros, utilizando un sistema de identificación digital.
El procedimiento es sencillo: los productores transportan el suero hasta el contenedor, se registran mediante una pantalla digital, conectan la manguera de descarga y el sistema hace el resto. Toda la información queda almacenada en la nube, lo que permite una gestión en tiempo real del volumen acumulado y coordina la recogida y transporte del residuo hacia plantas de biogás.
La digitalización del proceso no solo mejora la eficiencia, sino que permite reducir costes y facilitar el acceso de los pequeños productores a un modelo de economía circular. La iniciativa ha sido bien recibida por el sector, que tradicionalmente enfrentaba dificultades para gestionar estos residuos de forma rentable y sostenible.
Impacto ambiental y económico: Un modelo de negocio con futuro
Más allá de la gestión de residuos, Agrolinera apuesta por un enfoque de economía circular que beneficia tanto al medioambiente como a los productores locales. Al transformar el suero en una materia prima valiosa para la producción de biogás, la empresa crea un flujo económico en el que los ganaderos no solo se deshacen de un desecho, sino que obtienen una compensación por él.
En su primer año de actividad, la start-up ha logrado facturar 50.000 euros, y sus previsiones apuntan a un crecimiento exponencial. En 2025, esperan multiplicar por diez su facturación, alcanzando el medio millón de euros. Este crecimiento se apoya en la expansión del modelo a nuevas zonas rurales y en el desarrollo de proyectos de investigación para explorar otras aplicaciones del suero lácteo en sectores como la alimentación, la cosmética y la industria farmacéutica.
Expansión y nuevas aplicaciones
El éxito del piloto en Cabrales ha abierto la puerta a la expansión de Agrolinera a otras regiones. La empresa ya estudia la instalación de nuevos contenedores en otras zonas productoras de queso y en explotaciones ganaderas con alta generación de purines. Además, trabajan en el desarrollo de tecnologías complementarias que permitan optimizar aún más la conversión de residuos en recursos aprovechables.
La visión de Agrolinera es clara: transformar el problema de los residuos agroganaderos en una oportunidad para la sostenibilidad y la innovación. Con su enfoque tecnológico y su modelo de negocio escalable, la start-up asturiana se posiciona como un referente en la transición hacia un sistema agroalimentario más eficiente y respetuoso con el medioambiente.
Este avance no solo beneficia a los productores rurales, sino que refuerza el compromiso de Asturias con la innovación y la sostenibilidad, demostrando que la digitalización y la economía circular pueden ir de la mano para generar impacto real en la industria.