Soy empresario, lo confieso; y de tercera generación: esa que, según el tópico, hunde los negocios familiares. Aunque Cartonajes VIR parece que se resiste. Hace muchos años, en 1932, un dependiente de comercio y una cajera y maestra de escuela decidieron fabricar artesanalmente sus primeras cajas de cartón y convertirse así en industriales independientes.  Eran mis abuelos: Julieta Vincelle Argüelles y Vicente Iglesias Rodríguez, VIR.

Ordenando y poniendo rigor. Nosotros diseñamos, fabricamos y entregamos más de doscientas mil cajas, cada día. Son muchas operaciones, millones de datos. Y eso sin método resulta imposible. La digitalización nos ayuda, a nosotros y a todo el sector, a conseguir que un producto tan humilde como el cartón resulte fiable, trazable y competitivo.

 Inventar soluciones estéticas, higiénicas y prácticas que permitan a nuestros clientes vender mejor sus productos. En tiempo y forma, ese es el reto. Sin desperdiciar recursos, molestando lo menos posible y aportando valor. El buen paño no se vende en el arca y esa es nuestra misión: agrupar, proteger, trasportar y vender; al servicio de nuestros clientes.    

Somos asturianos de nación y de vocación: nacimos en esta tierra y aquí queremos seguir. La familia propietaria es asturiana; nuestros clientes más importantes están aquí; muchos de nuestros proveedores también; tenemos los mejores trabajadores; y un entorno social correcto y cómplice. Mejorable, por supuesto, pero lleno de oportunidades; y ya está bien de centrarnos, como asturianos, solo en lo negativo: si queremos, podemos convertir nuestra tierra en un paraíso también empresarial. 

Tenemos que creérnoslo más. Y asumir riesgos. Si yo fuera el gobierno escucharía más a los empresarios y me pondría a su disposición, armonizando y simplificando impuestos. Y si fuera empresario que lo soy, escucharía a mis clientes y me pondría a su disposición; por ejemplo, inventando más soluciones económicas, atractivas y sostenibles.

Usar papeles cien por cien reciclables, reciclados y compostables; imprimir con tintas al agua; minimizar consumos; optimizar transportes; calcular la huella de carbono; eco-diseñar los productos; garantizar nuestras materias primas; diversificar nuestras fuentes de energía; aplicar la responsabilidad corporativa; y ser conscientes del planeta en el que vivimos.

Tenemos que seguir modernizando nuestras instalaciones, procesos y maquinaria para garantizar a todos nuestros clientes un servicio excelente, en calidad y cantidad. No es fácil. Va a costar dinero, compromiso y esfuerzo. Pero creo que disponemos del mejor equipo humano y la ambición necesaria para cumplir con todo esto y con más. En siete años llegaremos a centenarios y seguimos pensando que el cartón merece mucho la pena. Por nosotros no va a quedar.

Por Cruz Santillana

Asturiana, apasionada de la tecnología, el emprendimiento y el marketing online. Community manager y redactora en Asturtic.