El Principado de Asturias está desarrollando un nuevo modelo de agricultura y ganadería que busca combatir el cambio climático y mejorar el desarrollo rural. Este modelo se basa en la innovación, eficiencia y sostenibilidad, aprovechando nuevas tecnologías como la conectividad avanzada y la inteligencia artificial.
Granjas demo, laboratorios de innovación
Para impulsar esta digitalización agrícola, Asturias ha creado una red de «granjas demo». En estos espacios, investigadores, productores y empresas pueden experimentar con tecnologías avanzadas aplicadas al campo. Las granjas, gestionadas por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), permiten ensayos en producción sostenible, economía circular, adaptación al cambio climático, reducción de emisiones y biodiversidad, integrando la bioeconomía en la cadena agroalimentaria.
Estas seis granjas experimentales están distribuidas por la región, representando diferentes condiciones climáticas y ecosistemas, abarcando un total de 400 hectáreas dedicadas a la investigación y desarrollo agroalimentario. Equipadas con fincas, rebaños, invernaderos, cámaras de cultivo y laboratorios avanzados, estas granjas se centran en proyectos de genética vegetal, calidad de la carne, cultivos microbianos, y el uso de robots y sensores para optimizar cultivos y manejo del ganado.
Investigación para un sector agroalimentario sostenible
Entre los proyectos destacan estudios sobre suplementos alimenticios para ganado lechero para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el bienestar animal. También se realizan investigaciones para conservar los recursos genéticos de especies autóctonas. Además, se desarrollan estrategias para mejorar la salud del suelo y adaptar cultivos locales como el manzano y la faba al cambio climático, mediante nuevas variedades y técnicas de cultivo.
El sector agroalimentario asturiano, que aporta 1.700 millones de euros al PIB regional, se posiciona como un referente estratégico de producción verde y digital, basada en la gestión sostenible de recursos naturales y el desarrollo rural, según Borja Sánchez, consejero de Ciencia.
Proyecto Agroalnex y avances tecnológicos
Las «granjas demo» forman parte del Plan Complementario de Agroalimentación a través del proyecto Agroalnex, que promueve tecnologías emergentes para la agricultura de precisión y la toma de decisiones basadas en datos en tiempo real. Mamen Oliván, directora del Serida, resalta que estos espacios permiten obtener resultados precisos y ejemplificar cómo las nuevas tecnologías pueden revolucionar la producción de alimentos.
En febrero, se inauguró el primer laboratorio 5G en Villaviciosa, facilitando la agricultura y ganadería inteligentes. Este laboratorio permite monitorizar cultivos y ganado, automatizar procesos de producción y probar tecnologías avanzadas como detección de plagas y teledetección con drones.
Colaboración público-privada para innovar en agricultura
La digitalización del campo de Asturias se sustenta en la colaboración entre centros de investigación, tecnológicos y empresas, con apoyo regional. Proyectos recientes incluyen el uso de inteligencia artificial para detectar enfermedades en la faba, y el desarrollo de técnicas para plagas y especies invasoras.
Por ejemplo, Seresco, Idonial y el Serida trabajan en el proyecto Plago para detectar pulgones y en Beanbot para combatir el hongo oídio. Estas iniciativas usan visión artificial, algoritmos y tecnologías IoT para proporcionar a los agricultores herramientas para anticiparse a plagas y gestionar sus plantaciones de manera eficiente.
Innovación en ganadería y gestión de residuos
La startup asturiana Agrolinera está desarrollando un sistema de gestión de sueros para queserías artesanas en Tielve, en el Parque Nacional de Picos de Europa. Este sistema digitaliza la gestión de sueros, reduciendo costos de recogida y aprovechando su valor, lo que ayuda a sostener comunidades rurales y la ganadería láctea local.
Cultivos adaptados y exploración espacial
Asturias se enfoca a medio y largo plazo en cultivos adaptados al cambio climático, siguiendo la estrategia europea «de la granja a la mesa». También se exploran cultivos subterráneos en antiguas minas, como en el proyecto piloto en el pozo de Carrio.
Además, el Principado apuesta por la investigación aeroespacial, recreando condiciones lunares en antiguas minas. Este proyecto, vinculado al programa Artemis, busca desarrollar tecnologías para cultivar alimentos en condiciones hostiles, contribuyendo a la sostenibilidad y el avance tecnológico de la región.