El Principado de Asturias ha establecido una meta ambiciosa en su nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación: alcanzar una inversión anual de 1.075 millones de euros en I+D+i para 2030, lo que representa un 3% del Producto Interior Bruto (PIB) regional. Este objetivo posiciona a Asturias como una de las comunidades autónomas con mayor compromiso con la investigación y la innovación en España.
Asturias es compromiso con la inversión pública en I+D+i
La Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado de Asturias, aprobada en febrero de 2025, establece un compromiso firme con la inversión pública en investigación, desarrollo e innovación. El objetivo es alcanzar el 3% del PIB regional en I+D+i para 2030, lo que equivale a 1.075 millones de euros anuales.
Este esfuerzo busca consolidar a Asturias como un referente en ciencia e innovación, promoviendo la colaboración entre instituciones públicas y privadas, así como la atracción de talento y la creación de empleo cualificado en el sector.
Impulso a la investigación científica y tecnológica
La nueva ley también contempla el fortalecimiento de las infraestructuras científicas y tecnológicas en la región. Se prevé la creación de nuevos centros de investigación y la modernización de los existentes, con especial énfasis en áreas estratégicas como la inteligencia artificial, la biotecnología, la energía renovable y la salud digital.
Además, se fomentará la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas para promover la transferencia de conocimiento y la innovación aplicada.
Estrategia para posicionar a Asturias en el mapa científico global
Con esta iniciativa, Asturias busca no solo fortalecer su tejido industrial y empresarial, sino también posicionarse como un hub científico y tecnológico de referencia en Europa. La inversión en I+D+i se considera clave para afrontar los retos del futuro, como la transición energética, la digitalización de la industria y el envejecimiento de la población.
Además, se espera que este impulso genere un efecto multiplicador en la economía regional, creando empleo de calidad y atrayendo inversiones extranjeras en sectores de alto valor añadido.