El Ministerio para la Transición Ecológica ha sacado a información pública la nueva planificación de la red de transporte de energía eléctrica para el periodo 2025-2030, que incluye una inversión de más de 260 millones de euros en Asturias. El grueso de la partida se destinará al esperado anillo energético del centro de la región, una infraestructura considerada clave para la descarbonización industrial y la atracción de nuevos proyectos. Sin embargo, su finalización no llegará antes de 2029.
Una inversión estratégica para el anillo energético y la modernización eléctrica
El refuerzo de la red eléctrica asturiana forma parte de la planificación estatal, que prevé una inversión global de 13.600 millones de euros en todo el país. De esa cantidad, el 1,9% se dirigirá a Asturias, con el objetivo de modernizar sus infraestructuras energéticas, impulsar la transición ecológica y garantizar la estabilidad del suministro en un territorio que aspira a liderar el cambio industrial verde del norte peninsular.
En total, el plan regional contempla más de 70 kilómetros de nuevas líneas de alta tensión, la repotenciación y cambio de tensión de otros 110 kilómetros, la construcción de ocho subestaciones nuevas y la ampliación de más de una decena. Además, se instalará un compensador síncrono en Santa María de Grado, una pieza fundamental para estabilizar la red eléctrica y evitar apagones en momentos de alta demanda.
Actuaciones previas y bases del futuro anillo energético
Dentro del apartado de “actuaciones en la red de partida”, el documento recoge las infraestructuras que ya estaban incluidas en planificaciones anteriores y que se encuentran en ejecución o en fase avanzada de tramitación.
Entre ellas destacan la ampliación de la subestación de Pesoz, de 400 kilovoltios (kV), y la nueva línea Pesoz-Sanzo, también de 400 kV. Estas obras resultan esenciales para conectar la nueva generación renovable del occidente asturiano, especialmente la eólica. Asimismo, se prevé la nueva subestación de Ortiguero, de 220 kV, con entrada y salida en la línea Siero–Puente San Miguel (Cantabria), lo que reforzará el suministro eléctrico en el oriente de la región.
Estos proyectos suman una inversión de 9,7 millones de euros. A ellos se añade el compensador síncrono de Santa María de Grado, presupuestado en 72 millones, y la repotenciación de la línea de 220 kV entre Telledo (Lena) y Villablino (León), una de las principales interconexiones con la provincia vecina.
Horizonte 2025-2030: nuevos consumos y renovables
El nuevo bloque de actuaciones para Asturias, previsto entre 2025 y 2030, se divide en dos grandes apartados.
El primero está orientado a atender el incremento de la demanda energética y facilitar la conexión de grandes proyectos industriales y de generación renovable. En este grupo se incluyen las ampliaciones de las subestaciones Cardoso (400 kV), Soto (400 kV), Abres (400 kV), Reboria (400 kV y 220 kV), Carrio (220 kV) y Puerto de Gijón (220 kV). La inversión total prevista para estas actuaciones asciende a 5,7 millones de euros.
Estas infraestructuras darán soporte a los nuevos proyectos industriales de descarbonización, como la planta de hidrógeno verde de EDP, la acería eléctrica de ArcelorMittal, o las fábricas de componentes solares y baterías de Sunwafe e Ironway, además de facilitar la conexión de la energía eólica marina proyectada en la costa asturiana.

El anillo energético central: la gran obra pendiente de Asturias
El segundo bloque concentra la mayor inversión del plan: 172,8 millones de euros destinados al anillo energético central de alta tensión de Asturias, un proyecto concebido hace más de 16 años y considerado esencial para la estabilidad y la competitividad industrial del Principado.
La nueva versión del anillo incluye la subestación Cardoso 400/220 kV, el cambio de tensión de la línea Soto–Tabiella, que pasará de 220 kV a 400 kV, y su transformación en los tramos Soto–Grado–Cardoso (400 kV) y Cardoso–Tabiella (220 kV). Además, se construirán las subestaciones Reboria 400/220 kV, Pinzales 220 kV, Puerto de Gijón 220 kV, y Asturiana 400 kV, así como nuevos dobles circuitos entre Reboria–Pinzales y Reboria–Asturiana.
El plan prevé que las distintas fases del anillo energético se vayan poniendo en servicio progresivamente a partir de 2026, aunque la infraestructura completa no estará operativa antes de 2029. Una vez finalizado, permitirá reforzar la conexión entre las principales zonas industriales del centro de Asturias, facilitar la integración de energías renovables y mejorar la calidad y seguridad del suministro eléctrico.
Un paso clave hacia la descarbonización industria
Con este ambicioso plan, Asturias se prepara para afrontar una década decisiva en la transición energética. La modernización de su red eléctrica no solo asegurará un suministro más robusto y eficiente, sino que también abrirá la puerta a nuevas inversiones industriales y consolidará al Principado como referente en energía limpia y producción verde en el norte de España.
El anillo energético se convierte así en el eje vertebrador de esta transformación, conectando el pasado industrial de Asturias con su futuro sostenible.