Mariano Zapatero

Marino Zapatero, director general de Vaciero, es una de las voces más autorizadas en el ámbito de la gestión empresarial y la excelencia organizativa en Asturias. Con una sólida trayectoria en la dirección y desarrollo de proyectos estratégicos, ha dedicado su carrera a impulsar la mejora continua, la innovación y la sostenibilidad en el tejido empresarial.

Soy un firme convencido de que las competencias transversales -lo que llamamos soft skills- son incluso más importantes que la excelencia técnica para el crecimiento profesional. Importa más saber escuchar a un cliente o ser capaz de ilusionar a un equipo, que tener un dominio absoluto de la técnica.

Por otro lado, y desde un punto de vista corporativo, señalaría que cualquier proyecto empresarial, independientemente de su tamaño, debe contar con unos mínimos estándares de gestión en elementos clave como la estrategia, la gestión del cliente, las personas, la innovación… A veces, el día a día nos impide planificar, sistematizar, controlar o evaluar, pero no debemos dejarnos arrastrar por la inercia diaria. Trabajemos lo urgente, pero enfoquémonos en lo importante.

Valores y esfuerzo. Hay más, pero estos dos aspectos lo resumen todo. En tres décadas de evolución, el motor principal ha sido el liderazgo de nuestro Presidente, Francisco Vaciero, quien siempre ha tenido claros -y ha compartido de manera transparente- los valores sobre los que quería construir Vaciero. Son valores se sostienen una idea: ser la mejor empresa posible para nuestros clientes, nuestros equipos y nuestros socios. Esto se consigue con mucho esfuerzo, ambición y orgullo por el trabajo bien hecho por parte de un equipo profesional excelente, de la máxima solvencia técnica y, sobre todo, la más grande calidad humana.  

Tenemos un manifiesto interno en el que se describen tanto los valores de la firma como las virtudes y comportamientos en que se demuestran. Es un manifiesto vivo y compartido por todos, que se traduce en realidades concretas: por un lado, tenacidad, rigor y claridad con el cliente. Por otro lado, visión de equipo, entre los profesionales y también con aliados y colaboradores. Y, finalmente, somos personas trabajando para personas. Por eso es esencial cuidar el elemento humano: ser cercanos y empáticos, saber escuchar y ser creativos. 

Aunque, desde fuera, nuestro sector pueda parecer poco innovador, lo cierto es que la dinámica de pensar en nuevos productos y servicios forma parte de la esencia de la prestación de servicios profesionales. Por ejemplo, hay que ser proactivos ante cambios legislativos que puedan afectar al cliente, adaptarse o adelantarse a los nuevos modelos de negocio en el sector, la evolución tecnológica y las distintas miradas que aportan las generaciones más jóvenes, etc. Todo ello ha impulsado cambios de calado a nivel organizativo y de procesos. Por eso, la innovación es un elemento clave de la gestión en Vaciero. Chequeamos continuamente lo que hacemos para asegurarnos de que es lo mejor para cada uno de nuestros grupos de interés.

En este contexto, sin duda la transformación digitales un factor disruptor en nuestro sector y en Vaciero somos muy proactivos. Hay riesgos a vigilar, como la ciberseguridad, pero también oportunidades, como la IA, que, con todos sus matices, ya marca la pauta.

Creo que hay tres grandes desafíos. En primer lugar, está la cuestión tecnológica. Ya he mencionado esa doble vertiente de IA y ciberseguridad. En este sentido, no cabe estar parado y creo que, en el sector, grandes, medianos y pequeños están aún tratando de comprender el impacto que viene y procurando posicionarse adecuadamente según su visión y sus recursos.

El segundo desafío -muy conectado con el anterior- es la gestión del talento. Somos un sector intensivo en personas. Y la realidad demográfica y sociológica actual plantea un escenario en el que la captación, desarrollo y retención del talento se mueven según variables muy distintas a las de hace unos años. Hay muchos menos egresados de las universidades en cada promoción, sobre todo, en comparación con las generaciones que están empezando a jubilarse. Y esas personas que comienzan ahora su vida laboral tienen competencias, aspiraciones y motivaciones que pueden ser muy distintas de las que tienen quienes llevan veinte o treinta años de carrera. Debemos asumir e integrar estos conceptos en nuestras políticas de gestión de personas. No tiene sentido seguir actuando como si fuera 1995 porque muchos de nuestros profesionales aún no habían nacido y la transformación que ha sufrido el mundo en este periodo no tiene precedentes. En Vaciero nos esforzamos por estar en permanente contacto con los estudiantes y el mundo universitario para conocer de cerca esas competencias, aspiraciones y motivaciones de los profesionales del futuro. La Cátedra Vaciero de Transformación Empresarial, de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo o nuestras colaboraciones con entidades como ICADE o Instituto de Empresa, nos permiten conocer de cerca esa realidad.

El tercer desafío, aunque pueda sonar ya superado para otros sectores, es la internacionalización: el cliente tiene intereses globales y, quien apueste por dar un servicio exclusivamente local, puede quedar fuera de juego. En este sentido, nuestra pertenencia a la red internacional Allinial Global nos permite dar respuesta a las necesidades del cliente en cualquier lugar del mundo con tranquilidad y confianza. Abrirse a lo global y a la diversidad de culturas no está exento de dificultades, pero es una apuesta ineludible.

Por Cruz Santillana

Asturiana, apasionada de la tecnología, el emprendimiento y el marketing online. Community manager y redactora en Asturtic.